Tres pinchazos, almuerzaco y ...., unos cuantos botellines

¡Hola Globeros! Os voy a contar la crónica de la ruta que se hizo ayer Sábado día 11 de los presentes. Como siempre y como tiene costumbre este gurpo de aguerridos cicilistas, quedamos en el Pincho de la Feria a las 09h.00' con -7º. En un principio tan sólo estabamos Juancar, Marcial y yo. Pintaba bien, 3 globeros desafiando las condiciones climatológicas. De repente aparece una "fuerza de la naturaleza" incuestionable e incontestable, a la que con cariño, un servidor le llama "monstuo", Andrés, y, más tarde aparecen Lorenzo y su hijo José Luis, Pablo. A Lorenzo, José Luis y Pabo no los conocía, era la primera vez que iba a rutear con ellos, y os aseguro que la final de la ruta las impresiones fueron más que agradables. Pues bien, los tres globeros del principio teníamos previsto rodar suave, unos 60 a 65 Kms., pero dado que nos juntamos tan magníficos compañeros, dejamos la ruta en manos de Andrés y Pablo, que nos guiaron con memoria y rueda presta y certera por caminos, sendas, pistas, subidas y bajadas, cercanas a Chinchilla, pero absolutamente desconocidas para mi, y de las cuales disfruté como un gorrino en una charca.

A una hora prudente y después de dos incidentes sin importancia, la válvula de una de las ruedas de Pablo le gastó una mala pasada y tuvo que poner una camara en su tubeless para poder llegar al almuerzo, y la rueda trasera de un servidor sufría un pinchazo, que gracias a la inestimable ayuda de "Gentleman Juancar", se cambió en 5 minutos, para, también poder llegar al almuerzo.

El almuerzo hizo honor al pundonor y compañerismo que se respira en este grupo, y como no podía ser menos, nos metimos entre pecho y espalda un buen bocadillo, vino y casera, tomates con aceite y ajos, carajillo y unas cuantas ronda de chupitejos que nos pusieron las pilas y nos dieron la energía suficiente para encarar el regreso.

La vuelta fue más pausada y yo compartí gran parte del camino con Lorenzo (los dos somos de edad pausada) con el cual hablé bastante y he de deciros, que me pareció un hombre muy luchador y orgurllo de ver que de vez en cuando su hijo cuando perdía de vista a su padre rápidamente se volvía a ver si pasaba algo, lo cual a Lorenzo, con sus 63 años, le daba un tremendo orgurllo.

Enfilados como alma que lleva el diablo hacia Albacete, y más concretamente hacia la ya consabida y consagrada ABUELA PEPA (descanso del guerrero, o, en nuestro caso, procede más, descanso del globero), Andrés, esa fuerza inconmensurable de la naturaleza, pincha, y ya era el tercer incidente, que con ayuda de el resto de los globeros, se solucioó rapidamente para encarar los botellines que nos esperaban.

Ya en la ABUELA PEPA, nos quedamos unos cuantos globeros, Lorenzo y su hijo, Andrés, Juancar y vuestro cronista hoy. Lo que aonteciço en este establecimiento, lo dejo a vuestra imaginación, pero sólo os diré que empezamos los cubos de botellines a las 14h.00' y a las 17h.00' abandomamos este santuario de botellines y GATEJAS. A una hora prudente y antes de irnos, tan sólo nos quedamos, Juancar, Andrés y un servidor, y..., en fin...., lo que pasó, o no pasó, y lo que pudo pasar, mejor que lo cuente Andrés.

En resumen y para no aburriros, el fue redondo, los compañeros magníficos. Lorenzo y su hijo un diez sobre diez. Pablo, ocrrecto y educado hasta la saciedad y cubierto de un manto que malas lenguar le pusieron en su día y que bajo el punto de vista de un servidor, no se corresponde con al realidad, al menos, esa es mi opinión. Andrés, un fuerza abrumadora y una juventud contenidad que nos va a dar muchas alegrías, y de Juancar y Marcial, dos baluarte imprecindibles en todos los aspectos de este grupo de globeros sin parangón. A todos y por todo, gracias compañeros y AUHMMMMMMMMMMMMMMMMM, AUHMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM, AUHMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM.