jueves, 27 de febrero de 2014

Ruta de miércoles: descubriendo caminos



 Buenos y globeros días tengan vuesas mercedes.


  Ayer, miércoles 26 de febrero de 2014, antesala de nuestro querido Jueves Lardero o día de la mona, al menos en Albacete, pudimos realizar una buena excursión globera por los los campos que rodean la zona de Tinajeros.


 Para ello habíamos quedado a las 16:45 en el puente de madera, dándonos cita para la ocasión Yellow y este que suscribe.


 La salida la hicimos por el canal de Mª Cristina en dirección Tinajeros, y es que el viento que soplaba era tan fuerte que decidimos ir por esa pequeña depresión por intentar coger el viento lateral y al menos ir algo protegidos.



 La tarde empezó muy nublada, de hecho llovió un rato antes, pero por suerte el día se fue despejando poco a poco, de modo que quedo un día bastante despejado conforme fueron pasando las horas.







A la salida de Albacete, donde se hace la laguna pude parar a realizar alguna foto, pues estaban llenas de aves acuáticas, impresiona ver esto tan cerca de la ciudad.
Dado que íbamos los dos decidimos rápidamente que era un día para investigar nuevos caminos, así que al pasar Tinajeros fuimos cogiendo caminos que bajaban desde los montes de Tinajeros hacia el canal de Mª Cristina.


 Deciros que la zona nos gustó bastante, si bien, es difícil hacer un trazado pues los caminos son cortos y están cortados o bien por el canal en la parte baja, o bien por multitud de pequeñas vallas, pues es una zona de caza. Más de una vez tuvimos que hacer "pascuying", pero lo importante es que vimos que es una zona con muchas posibilidades, sólo hace falta plantear una ruta por la zona con un trazado previsto con antelación y  seguro que podemos sacar una buena ruta por la zona.

 Después de andar varios kilómetros por aquellos campos llegamos a la carretera que va de La Felipa hacia Valdeganda, así que tomamos camino de La Felipa por la carretera, era la única manera de llevar el viento a favor y además, desde La Felipa hasta Albacete tenemos un camino bastante bueno para volver, y dado que se estaba haciendo de noche creímos que era lo mejor.

 Conforme fuimos llegando a La Felipa el viento fue amainando, y para sorpresa nuestra, desde este pueblo hasta Albacete tan sólo teníamos un ligera brisa en contra, así que, con un pedaleo alegre nos volvimos hacia Albacete tranquilamente.

 Por supuesto, como ya os estáis imaginando al llegar a Albacete pusimos todos nuestro empeño en la rehidratación, así que decidimos parar en el TconT, tomar una buena cerveza de los campeones y dar por terminada la ruta del día.


 En total, 48 kilómetros a una media de 18,3 km/h, fue una ruta tranquila y llena de caminos nuevos por una zona que está por descubrir.
Campos de Tinajeros

 Saludos Globeros...Edu

lunes, 24 de febrero de 2014

Motilleja bien vale un almuerzo

 Buenos y globeros días tengan vuesas mercedes.

 Ayer, domingo 23 de febrero tuvimos una ruta especial. Especial por el recorrido, especial por los que íbamos y especial por la visita de nuestro querido Eolo, globero de pro tal y como estamos viendo últimamente. Aunque sea muy repetitivo el tema del viento en esta tierra, es que para quien no conozca esta zona, os aseguro que cuando sopla el viento, al ser una tierra tan llana,  no queda un solo sitio donde te puedas refugiar.

 En cuanto a la ruta, se pretendía llegar hasta Motilleja, sólo que había dos trazados, uno más madrugador para hacer todas las sendas habidas y por haber de la zona de los Yesares, y otra, algo menos madrugadora y que pretendía llegar a Motilleja de modo más directo.

 Siento no poder poneros fotos de la primera de las rutas, pero es que este que suscribre salió con el segundo grupo, a saber, Fran (nuevo fichaje), Coronado y JuanCar. El primer grupo esuvo formado por Pablo, Pedro y Paco Lara, Fran (el de siempre), Andrés y José.

 La ida hacia Motilleja siempre la hacemos por la finca de Miraflores y he de decir que el día, a esas horas, se presentaba perfecto para la práctica del ciclismo, nada de viento (aunque parezca mentira) y un sol perfecto, total, que a un buen ritmo de pedaleo nos presentamos en la bajada al río, donde antes de empezar la misma, pudimos encontrarnos con Pascuy que había salido bastante antes; pensábamos que vendría hacia Motilleja con nosotros, pero tenía quehaceres en Albacete, que de buena gana hubiera seguido dándole al pedal con la grupeta.

 En la bajada pudimos ver como JuanCar, siempre que la cosa se pone algo más complicada, tiene un punto de técnica mejor que el resto, y se plantó abajo rápidamente. Los demás fuimos bastante más despacio, con Fran en pleno proceso de aprendizaje del que hemos de decir, que como siga así no va a haber quien le eche un galgo, os lo aseguro.

 Desde aquí y dada la hora que era tomamos el camino más recto hacia Motilleja, que sale de la parte inferior del puente de la carretera de Mahora, y en unos cinco kilómetros, picando todos hacia arriba nos plantamos en La Trilla, donde nos habíamos citado con el otro grupo para compartir el almuerzo. Como ya os podéis imaginar, con puntualidad manchega que nos vimos los dos grupos.

 ¡Que decir que no hayamos contado ya de este sitio! Además de la gran simpatía con la que nos atienden siempre que vamos, es que los precios son realmente ajustados a lo que tomas, sin ir más lejos, ayer tomamos la bebida, tu buen medio bocata, carajillo (de tres colores) y chupito por 3,50, pues eso, que seguiremos yendo las veces que haga falta.

 Para la vuelta, y dada la hora que era Paco y Pedro Lara decidieron salir por el camino más directo, mientras que el resto del grupo decidimos seguir hacia el río, haciendo alguna senda nueva que nos tenía preparada Andrés. Esta senda viene a salir algo más adelante de la presa del "Torcío" en la margen de Motilleja, y desde allí, por una suerte de sendas-caminos hasta "Quasiermas". Una auténtica gozada en la que fuimos serpenteando por todo aquel recorrido.

 Al llegar a la carretera cruzamos el puente que allí cruza el río, subimos hasta las Pinaillas y volvimos a coger la pista que se dirige de nuevo al "Torcío", sólo que en la orilla contraria. Desde aquí, otra vez subida para coger uno de los caminos que yendo a la espalda de los pinares del río Júcar te lleva hacia Albacete.

 Aquí, aquí fue donde nuestro querido amigo Eolo nos estaba esperando con el mazo, ¡que barbaridad! ¡como empezó a soplar! Menos mal que al ir en grupeta parece que se lleva un poco mejor. Y para colmo de males nuestro querido amigo Fran, el nuevo globero, tuvo la mala suerte de pinchar.

 Dada la hora que era una parte del grupo siguió hacia Albacete, mientras que el resto, a saber, Fran (nuestro Fran de toda la vida), Fran (el nuevo), Coro y Pablo nos quedamos allí para echarle una mano en aquella lid. Deciros que no sólo arreglamos el pinchazo, sino que además nos echamos unas risas con el rellenado de la cámara, os lo aseguro. Y ya sabéis que las desgracias no vienen solas, pues la cámara nueva al meterla también se pellizcó y se pinchó, dos por uno, en fin, nuevo cambio y esta vez sí, con todo el mimo del mundo cambio perfecto y de nuevo a la ruta, con el amigo Eolo alegre, alegre.

 Con lo que no contaba Eolo es que Fran (el de siempre) y Pablo son dos auténticas máquinas, y aunque Coro y yo pudimos colaborar con ellos en algunos momento, nos hicieron una vuelta más que buena, a muy buen ritmo, con ellos por delante marcando en todo momento, colocando a la gente y haciendo que todo fuera a las mil maravillas.

 En fin, que finalmente entramos a Albacete con muy buen sabor de boca, con un Fran (el nuevo) que le da al pedal de maravilla, y con muy buenas sensaciones. La pena es que se nos hizo tarde como para tomar la cerveza de los campeones, en fin, para la próxima tendremos que recuperar el tiempo perdido.

 Deciros que al final realizamos unos 64 km a una media de 20,1 km/h. En cuanto a la compañía y recorrido, y en mi particular clasificación de rutas, deciros que la puntuación es muy muy alta.

Saludos Globeros...Edu






sábado, 22 de febrero de 2014

Nocturna de Invierno en Chinchilla con los "Picapiedra" (Pedro y Pablo)

Llevábamos ya algún tiempo con ganas de hacer una nocturna en invierno y por unas razones o por otras no la hemos hecho, hasta ayer...., ayer fue el día, bueno...., ayer fue la noche.
 
Nos dimos cita en la puerta de El Corte Inglés, Pedro Lara (un picapiedra), Pablo (otro picapiedra) y un servidor, que a la postre se me podría llamar "Dino", ja, ja, ja.
 
La idea de esta Nocturna de Invierno era hacerla con más compañeros, pero los compromisos familiares y demás circunstancias, no lo han permitido, y desde aquí y como siempre digo..., se hecho de menos al resto de la grupeta.
 
Después de esperar un rato por si Andrés y José Luis Murcia aparecían, decidimos ponernos en marcha hacia Chinchilla, saliendo por los caminos que salen de la Rotonda del antiguo Ciclodiesel. De aquí y con una temperatura de unos 10º y guiados con rueda presta por Pedro y Pablo, en plena noche, oscura noche, nos plantamos en cosa de una hora en Chinchilla, entrando por la parte del Cementerio (una ruta que a mi personalmente me gusta y mucho).
 







 
 
Una vez enn Chinchilla, pedí a mis compañeros que me dejasen iniciar por las calles el ascenso hacia el Castillo...., ¡ni 500 palabras más! subimos al Castillo disfrutando de las calles y de las luces ténues que este pueblo brinda a sus curiosos ciclistas.
 
 




 
Una vez en el Castillo, el panorama era absolutamente de paz, con las luces de Albacete al fondo y un aire que nos soplaba la cara que nos advertía que la vuelta tendríamos algo de fresquete. Deciros también que cuando llegamos a lo alto del castillo y con los focos que llevamos sorpredimos a una pareja que se estaban dando arrumacos. ¡Qué momento para ellos! Enfrascados en sus cosas e iluminados por los focos...., bueno les pedimos disculpas y nos dispusimos a seguir con la ruta por las calles de Chinchilla.
 
A partir de aquí Pedro Lara, tomó la iniciativa  y nos enseñó un sinfin de calles, túneles, pasos angostos, subidas y bajadas con desniveles cercanos al 20%, dónde, almenos en mi caso, había que darlo todo y subir a molinete, venga plato pequeño y piñones grandes, hincar los dientes y apretar los lomos, para subir y no dejar en mal lugar a mis compañeros, que con pedal y rueda presta, me llavaron en volandas por la Chinchilla más desconocida para mí.
 
 







 
Seguimos callejeando por el pueblo hasta que llegamos a un pequeño parque donde mis queridos "Picapiedra" dieron rienda suelta al niños que llevan dentro, fruto de una ruta muy bonita y divertida donde las haya.
 
 
 
Después de la jartá de callejuelas de Chinchilla, decidimos llamar a Andrés y José Luis Murcia para saber por dónde andaban y si les esperábamos o no para cenar. Nos dijeron que ellos cenaban en Albacete, así que nosotros nos fuimos a cenar al Desván, donde nos trataron estupendamente a la vez que se sorprendieron de vernos por la noche, y es que éstos globeros no paran, ja, ja, ja.
 
Cenamos estupendamente, plato con papas, huevos, loncha de jamón, cortezas, tomate con ajos y aceite, vino y casera, carajillos y chupitejos..., y todo por seis eurones, ¿se puede pedir mejor cena y mejor precio?
 
De aquí tomamos la decisión de marchar hacia Albacete, atravesando la antigua carretera, para enlazar con caminos que nos llevarían a las culebras (si me dicen a mí, que soy torpe de día, que iba a hacer las culebras de noche, ni me lo creo). Pues sí amigos, hicimos las culebras y a muy buen ritmo, y muy buen ritmo, yo me atrevería a decir, es que trajimos de vuelta..., ¡vamos...., como un cohete! y cuando nos dimos cuenta, ya estabamos en La Abuela Pepa para seguir el sabio consejo de nuestro SIRE, la hidratación, donde al poco rato aparecieron Andrés y José Luis con los que compartimos unos botellines de MAHOU clásica, la etiqueta verda...., ¡QUÉ RICOS!
 
Una vez hubo terminado el período de hidrtación, cada mochuelo a su olivo, con la sensación de haber hecho una ruta atípica, por aquéllo del 100% de nocturnidad, pero disfrutándola como pocas, en mi caso, he disfrutado.
 
Mención especial quiero hacer para destacar los buenos compañeros que son mis "Picapiedra" que consiguieron que no me dejase algún molar por el camino, y que en todo momento se preocuparon de que la ruta fuese lo que fue....., ¡DE PUTA MADRE! De éstas amigos, las que queráis.
 
Paso a poneros los datos técnicos de la Nocturna de Chinchilla
 
 
 
Tiempo efectivo de pedaleo, 02h.37'38"
Distancia recorrida, 49 Kms.
Velocidad Media, 18'3 kms/hora
Velocidad Máxima alcazada, 45 Kms/hora
Calorías quemadas, 890

jueves, 20 de febrero de 2014

Ruta de San Miércoles Bendito: seguimos con las buenas costumbres.


 Buenos y globeros días tengan vuesas mercedes.


  Ayer, miércoles 19 de febrero, pudimos seguir cumpliendo con nuestra cita ciclista de todos los miércoles, y fieles a ella, pudimos vernos las caras José, Yellow, Coronado y éste que suscribe.

 La hora de quedada, la usual, a las 16:30 en el pincho, sin embargo ayer por unas cosas y otras yo llegué unos minutos más tarde. Total, que viendo como van alargando los días es posible que empecemos en breve a cambiar la hora de salida, ¡que por lo menos podamos comer sin atragantarnos!

  La ruta la había propuesto Coro, ya sabéis, puertos interminables, sendas suicidas y un cuchillo entre los dientes, así que para esta ocasión la idea era salir por la espalda del cementerio para llegar hasta Romica, ganar una vez allí la Cañada Real y dejarnos llevar por ella hasta la Marmota, hacer una parada en San Miguel, y de nuevo encarar Albacete por la vía de servicio de la autovía, dado que a esas horas, yendo ya con focos, lo mejor es coger buenos caminos.

 Pues dicho y hecho salimos hacia el cementerio y de allí a Romica, fue al salir de la ciudad cuando se unió a nosotros nuestro querido Eolo, que últimamente nos ha vuelto a vuelto a acoger bajo su brazo. He de decir que los primeros kilómetros los pasé mal, no me encontraba con un pedaleo fino, y Yellow y Coro que están más fuertes que el vinagre le iban dando cera al recorrido, menos mal que José se puso a mi lado y parece que poco a poco pude ir cogiendo algo de ritmo.

 Una vez que llegamos a la Cañada Real, aquí sí que sí, Eolo se cebó con nosotros y de que manera, así que hicimos una grupeta muy compacta y buscamos en seguida la hilera de pinos que va a lo largo del camino, para ver si nos protegían algo del viento.

 La cuestión es que cogimos por fin un ritmo bueno, y además parece que el viento empezó a ceder algo en su empeño de jodernos la tarde, total, que conforme nos adentramos en las pinadas dirección a la Marmota el camino cada vez fue más agradable, el sol que se colaba por entre los árboles, una vía agradable de hacer y buena conversación.

 El resultado es que nos plantamos en San Miguel (donde está la tirolina) en poco tiempo, o al menos eso nos pareció. Parada de rigor y algo de comer, que falta hacía después de la paliza del viento. Estuvimos un rato por allí y cuando ya decidimos que era hora de volver, tanto José como Coro tuvieron la buena suerte (eso dicen) de pisar ambos la misma mierda de perro que por allí andaba, pero además en el mismo pie y a la altura de la cala, ¡eso es sincronización! Total, que tampoco era cuestión de engrasar el pedal con semejante plasta, así que estuvimos  un buen rato esperando a que aquello desapareciera de la suela de las zapatillas.

  Vuelta al camino, sol que se pone y frío que empieza a aparecer todo en uno. Ya sabéis, el denominador común de todas estas salidas invernales es ese, el frío que aparece cuando se pone el sol. Nos dirigimos hacia La Gineta por la carretera vecinal que sale de San Miguel, sólo que al pasar el puente del AVE, tomamos la vía de servicio paralela a la vía, adelantamos un par de trenes que iban "pisando huevos" hasta que alcanzamos La Gineta.

 Aquí paramos para poner los focos y luces de posición a las bicicletas cuando dos perros de sensible tamaño empezaron a ladrarnos y se dirigieron hacia nosotros; lo que no contaban los infelices es que después de las sabias lecciones que hemos recibido de Yellow, eso no supone un problema, así que los cuatro nos quedamos quietos, esperando, hasta que a una distancia prudencial se oyó un "CHOOOOOOUUUUU" tremendo. Rabos entre las patas (los de los perros) y nosotros a seguir.

 La vuelta tuvo un ritmo bastante bueno, aunque el viento había cedido todavía quedaba algo y esta vez sí, nos venía de espaldas. Total, que nos plantamos en un pis-pas en Albacete, donde como no, pensamos en que lo mejor era tomar la cerveza de los campeones para rehidratarnos de la mejor manera.

 Pedro Lara, que había estado en el Pincho para saludarnos, nos advirtió de que si no era muy tarde que le diéramos un aviso, cosa que por supuesto hicimos y a la que, por supuesto también, Pedro accedió de buena gana. Total, que entre risas, un par de cubos de botellines y algo de frío pues nos quedamos en la terraza de La Oficina, dando por finalizada la ruta de San Miércoles Bendito.

 Deciros que nos salieron un 58 km a una media de 20,9 km/h, con nuestro amigo Eolo haciendo de la suyas pero con muchas ganas de seguir aprovechando el tiempo. 

 ¡Que sigan los miércoles!

 Saludos Globeros...Edu


***** añado las fotos que te faltan *****