domingo, 1 de noviembre de 2015

Las Capiruzas y sus sendas con EL Diablillo

Ayer, sin muchas ganas salí, pues me acosté tarde y lo cierto es que..., ganas de bici no tenía muchas y máxime cuando al final en la ruta de ayer, me quedaba sólo. Habíamos planeado esta salida a Las Capiruzas, sus sendas, descubrir y enseñar la Cueva del Pastor y hacer alguna cosa más, pero al final..., me quedé sólo. Antonio se fue a descubrir nuevos mundos por la zona de El Arquillo, Los Lara Brothers no pudieron por compromisos de última hora, así que me quedaba sólo ante el peligro, con el único consuelo de almorzar con Pascuy en Santa Ana a eso de las 10h.30', ya que la noche anterior tenía "lerele" y no se comprometía a quedar muy temprano por si las moscas.


A las 08h.00', no obstante salía de casa con dirección a El Hundimiento y Las Capiruzas para hacer algo por allí y luego regresar a almorzar con Pascuy. La mañana, estaba fría..., con 10º C y el viento, ¡qué raro! y lo que en principio se pronosticaba que serían rachas de aire de hasta 20 Kms/hora, os puedo asegurar que superaban los 30 Kms/hora y de frente para que no me aburriese por el camino.


No obstante, cicle con un ritmo constante de unos 19 o 20 Kms/hora y rápidamente me planté en El Salobral y de aquí al Hundimiento en un "pis pas". No pasé por El Hundimiento, pues quería investigar y tomé Los Anguijes por su parte derecha para ir directamente al inicio del Cordel de Las Capiruzas.



Justo en este punto y después de descansar un rato, traguito de agua y hacer alguna que otra foto y cuando me disponía a empezar a subir por la pista principal que me llevaría al inicio del Cordel de Las Capiruzas, a mis espaldas oigo la voz de alguien que, sinceramente no sabría decir en esos precisos momentos, de quien era, pues estaba a medio camino entre la voz de una niña, un proyecto de hombre y un gay, con todo el respeto que le tengo a este colectivo...., pues me giré y hasta pasados unos segundos, no caí en la cuenta de que era Pascuy, "El Diablillo" o...., y en este caso, le va que ni al pelo, "Los Ojos del Guadiana", ya sabéis..., apareciendo y desapareciendo a su antojo. Eran las 09h.20'.

Podría entender que me hubiese localizado en pleno Hundimiento, pues sabido es que siempre que hacemos una ruta por estos lares, parar aquí es de obligado cumplimiento, pero en este caso no, no fui y aún así, me localizó. Para mi que nos huele o nos ha puesto a cada uno un rastreador porque sino ya me contaréis como nos localiza...., y no en esta ruta, no, en todas en las que salimos y luego sale él tarde, también nos localiza.

En fin, con la alegría de saludarle, decidimos empezar a subir hacia los molinos para buscar desde el inicio, La Cueva del Pastor, y de paso si íbamos con tiempo, investigar alguna senda nueva.

Las subidas ayer, con el viento en contra y con pendientes de más del 14% se me hacía imposibles de subir. Pascuy subía con su bici de ciclo cross como el que se rasca la nariz, ¡qué barbaridad! No me quedó más remedio que meter todo el hierro, plato pequeño y el piñón más grande, porque sino mis 104 kilos en canal, no suben ni a la de tres. Sin embargo, subir...., subí....., muerto, sin aire, con temblores, pero subí...., y allí estaba "El Diablillo", fresco como una lechuga, ¡Me mina la moral! como diría El Recio.




En los primeros molinos, a veces, se interrumpía la pista y dejaba paso a sendas de monte bajo, y otra vez, aparecía la pista, así que fue bastante ameno ciclar por estos lares. Luego cogimos la pista general y fuimos subiendo y bajando constantemente hasta que llegamos al Molino nº 13, un verdadero rompe piernas, donde constantemente estabas obligado a cambiar el ritmo de tus piernas y los desarrollos de la bici, para que en las subidas no nos quedásemos atrancados. 

Y así, llegamos al Molino nº 13, debajo del cual se halla lo que hemos dado en llamar "La Cueva del Pastor", justo debajo de Molino,  ya que y como veréis ahora en las fotos, es una entrada a una cueva con dos estancias perfectamente diferenciadas.





Es curioso como el techo de la cueva sobre el que recae todo el peso, primero de una plataforma de hormigón de unos 50 cm. de grosor con mampostería para resistir más y luego, el inmenso peso del molino, aguanta todo sin resquebrajarse en lo más mínimo.


El molino tiene una altura considerable y está a unos tres metros por encima del techo de la cueva, que es la distancia que creo que tuvimos que descender hasta la entrada de la cueva.

Hasta aquí no se puede bajar con bici, lógicamente, porque la cueva esta excavada en la falda de la ladera. Su entrada esta flanqueada por unos muros hechos con argamasa y piedras del lugar, sin techo y con una anchura de un metro y medio más o menos, orientada al norte, lo cual le procura el abrigo en época de lluvias. 

Se ve incluso que en la entrada a la misma, en algún momento, los pastores o quiénes fuesen, le pusieron palos atravesados para evitar, pienso...., que el ganado se escapara.

Esta cueva, ya hace muchas rutas, que nos la enseñó Antonio Alcaraz y en una de las veces que fuimos a hacer la ruta de El Hundimiento, La Evaporita y el Cordel de Las Capiruzas.

Las fotos que veréis más abajo ilustran la entrada a la cueva con una estancia a la derecha, que bien podría ser dónde el pastor descansa, duerme, reposa, come y se guarece cuando el tiempo no le es propicio.

También veréis una inscripción del año en el que, o bien se creo la cueva, o bien se instaló el molino.

Si seguimos hacia abajo, a unos tres metros de profundidad de la misma, se ve claramente que es una estancia-corral, donde las ovejas descansan y se guarecen.

No obstante, llamo e imploró la investigación del Profesor Joseph Von Eduarden con su equipo técnico y sus becarios, por supuesto, para que nos ilustren algo más sobre esta construcción tan curiosa y su simbiosis con el Molino nº 13.

Edu, esta la tenemos pendiente como Ruta Temática, así que recuperate pronto, que hay que hacerla con todos los compañeros.

Creo..., aunque no estoy seguro que en la misma cueva hay rastros e indicios de una oveja autóctona, propia de esta zona del Cordel de las Capiruzas, la llamada y no vista jamás, "Ovejus Pascualibus Capirutus", un animal con gran sentido del mimetismo y la gran virtud y aparecer y desaparecer a voluntad de los ojos de estos pobres humanos, que podríamos pensar que este animal podría ser el eslabón perdido, y no nuestro antecesor. En fin, algo que hay que investigar en rutas venideras.

No obstante y para no aburriros con berborrea fácil y soez, os dejo unas instantáneas del interior de la cueva. 











Después de ver las maravillas y parabienes de La Cueva del Pastor, seguimos aún un rato más por el Cordel hasta llegar a la bajada de la Cueva de la Evaporita. Aquí, bajamos a todo lo que daban las monturas, pero aún así, el viento cuando dejábamos de dar pedales nos paraba en seco, y casi mejor que fuera así, porque el terreno estaba muy pedregoso y a nada que te descuidabas, las ruedas se iban para los lados, sobre todo las de la bici de Pascuy, mucho más finas que las mías, pero tranquilos, que éste Pascuy, se baja por dónde sea con el vehículo que sea, lo único que necesita es que tenga ruedas, ja, ja, ja,




Dimos una vuelta y salimos por al carreterín que nos lleva a El Hundimiento y de aquí a Los Anguijes y a El Salobral. Dado que eran ya las 10h.40' y la carga de kilómetros era elevada, decidimos coger una carretera secundaria, la misma que hace tiempo Edu pinchó, que nos llevaría de El Salobral a Aguas Nuevas.


Lo que teníamos que hacer ya estaba hecho, quedando pendiente hacer una visita, desde la bajada de La Evaporita hacia La Solana, pues Pascuy me comentó que también es monte bajo, y además, hay un bar donde se almuerza, muy pero que muy bien, así que queda pendiente para la próxima ruta que hagamos..., a ver si en esta ocasión nos juntamos más compañeros, incluido el ínclito Profesor Joseph Von Eduarden, ja, ja, ja, ja, 

Cuando llegamos a Aguas Nuevas, a el Bar San Isidro, la carga de kilómetros era de 55, no estaba nada mal y creo poder decir, que el almuerzo nos lo habíamos ganado. ¡Vaya que sí!

Como veis en la foto de abajo, hemos recuperado viejas costumbre de PEDALADAS GLOBERAS, de hacernos fotos con hosteleros y hosteleras de nuestros lugares emblemáticos, tradición que tenemos que recuperar. Bea, muchas gracias por atendernos tan bien, con jarracas de cerveza, frasca de vino con casera, carajillos de reglamento y chupitejos de queroseno para la vuelta.





Después de una agradable charla y no menos buena degustación de caldos y viandas, pusimos rumbo a Albacete, por los caminos de siempre, carreterín secundario y Camino de la Bacariza, con muy buen ritmo, ya que Eolo, desengañado y aburrido, decidió soplarnos de espalda...., Albacete ya estaba cerca y tan rápido llegamos y con tan buen tiempo, que decidimos tomarnos una cañita rápida, la cerveza de los campeones.

Bueno amigos y sufridores en silencio de mis crónicas, poco más tengo que decir de una ruta que en un principio se me estaba atragantando y que gracias la presencia de El Diablillo, se convirtió en una ruta con carga de kilómetros, pero no por eso ni mucho menos aburrida, todo lo contrario, divertida y durilla, sobre todo por la cantidad de subidas que hicimos en Las Capiruzas y que a mi en concreto, me dejaron tocado y con las piernas algo cargadas, tanto es así, que hoy tenía la intención de acompañar a Antonio Alcaraz y a los Patillas Rotas a Valdeganga a hacer sendas, y cuando me he levantado, no podía ni con la respiración.

Gran ruta con una gran compañero que adecuó su ritmo al mío para ir juntos en todo momento, lo cual es de destacar, al igual que todos los compañeros, los cuales siempre te llevan en volandas a los sitios más remotos.

Gran día de bici, tan sólo superado por un espectacular almuerzo y una bien ganada cerveza de campeones. Así, dadme las que queráis.

Paso a poneros los datos técnicos de la ruta:

Tiempo efectivo de pedaleo, 03h.10'13"
Distancia recorrida, 66'990 Kilómetros
Velocidad Media, 21'8 Kms/hora
Velocidad Máxima Alcanzada, 48'963 Kms/hora
Calorías quemadas, 1001 ja, ja, ja.

P.D. Desde esta crónica aprovecho para mandar un saludo y desearles una pronto recuperación a nuestros lesionados temporalmente, Edu, Juancar, My Berme y Francho. Ánimo chicos.

7 comentarios:

  1. Muy buena crónica y muy buen almuerzo, espero que pronto pueda salir de ruta otra vez con vosotros.

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    1. Te prometo tratarte mejor que la última vez y adecuar la ruta para que no te lleves la paliza de la otra vez.

      Ya sabes que cuando quieras aquí nos tienes y además te comento que en este grupo, hacemos Rutas a la Carta y para todos los gustos, faltaría más.

      Un saludo Juanma.

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  2. Buena ruta, por ese paraje tan conocido ya, a través de las fotos, almuerzo insuperable, en los Isidros, buen sitio para almorzar, como disfrutemos, la cantinera como siempre, muy simpática, y la cervecita de los campeones, a una gran ruta, saludos.

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    1. Me acordé mucho de vosotros cuando tenía que subir los tremendos rampones de Las Capiruzas. Está claro que lo mío es rodar y bajar. La Ley de la Gravedad me ampara y me acompaña.

      Saludos desde El Llano.

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  3. Qué buena ruta además llevando un guía así seguro que salió todo a pedir de boca.
    Veo que ha vuelto una de las hosteleras ilustres, que envidia en fin ya tocará regresar y con más fuerza.
    Saludos

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    1. Que te voy a decir de El Diablillo que tú no sepas. Fue una buena mañana de bici.

      En cuanto a Bea, una delicia. Nos atendió estupendamente en todo lo tocante a viandas y líquidos reparadores.

      Saludos Juancar y, el regreso junto con el de los demás lesionados, tiene que se la bomba.

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  4. Y te lo he comentado en el Blog de 40 Rutas. Lo pasamos bien, pero el aire de frente y subiendo esas rampas tiran para atrás al más valiente y, entre eso y que yo sabes, que precisamente no soy escalador..., pues que pase las de Caín y las otras, pero bueno Antonio, otra más a la saca.

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